En 1990 Patricia Barone tenía claro que su voz se alzaría para decir cosas largamente silenciadas. Buscaba poetas que la expresaran generacionalmente. Leyó cinco libros de Adriana Turchetti y allí, en uno titulado ¨Objetos perdidos¨, pedía pista un poema comprometido con su tiempo. ¨Ser mina flor de cardo¨, expresaba profundamente, con belleza y lenguaje tanguero, lo que Patricia sentía como mujer de veinte y pico de años.
Javier González, había compuesto ya muchas canciones y temas instrumentales desde su adolescencia, antes aún de saber leer y escribir música, pero nunca se le había animado al tango. Patricia lo sedujo con la idea y ¨Ser mina flor de cardo¨ fue canción tanguera feminista, osada y combativa, (tanto poética como melódicamente). Por supuesto generó resistencias y adhesiones, repudio y aplausos pero nadie pudo ignorarlo y abrió una huella por la que se sucedieron muchas otras composiciones atrevidas y desafiantes del status quo.