(María del Mar Estrella)
Hay días que no estás, días enteros
que pasan como nubes o relámpagos
perdidamente grises y nostálgicos.
Hay días que regreso de mis cosas
con ganas de abrazarte a mi alegría
a mi pena, a mi lucha.
Hay días sin amor que me desangran
y soy un corazón a media asta,
un barco sin timón, una paloma
con un ala de menos en el mundo.
Esos días te extraño sin remedio,
te extraño sin por qué, velas arriba.
Y aunque estoy en mi surco y en mi siembra
te extraño sin razón, lluviosamente
como si fuera nunca.
(Música: Javier González/ Letra: María del Mar Estrella)
Uno en el otro. Fuego y llamarada.
Boca en la boca y sexo contra sexo.
Tu avidez, mi fervor, plexo con plexo
a puro frenesí de madrugada.
Bajo tu piel mi piel, enraizada.
A la pasión, tu vientre en mí, convexo.
Mi sed y tu lujuria en mutuo anexo
a puro corazón. A loca nada.
Te cabalgo. Me enciendes. Te fustigo.
Traspasas mi pudor y te desato.
Me acosas y te inmolo y te persigo.
Fluye el deseo libre de contrato.
Eres mi par. Mi sueño. Mi testigo.
Mi cómplice de amor. Mi desacato.
Uno en el otro. Llamarada y fuego.
Fecundos de placer, de piel besada.
Tu fervor, mi fervor, sexo con sexo
a puro frenesí de madrugada
Nuestra es la lucha y nuestro es el sosiego
de amarnos porque sí, a todo y nada.
Tu música y mi voz y un mismo ruego
a puro corazón, mi camarada.
