Balvanera sin cielo (2000)
(Música: Javier González / Letra: Alejandro Szwarcman)
Acechando entre escombros con su gris de cemento,
a las horas tempranas, que declaran el día.
Devorándose tibias resolanas de otoño,
así crece, de a muertes, Balvanera sin cielo.
Por su olvido de soles, que se niegan al alba.
Por la piel de sus muros, que es la piel de mis huesos
yo presiento que al aire le han quitado el aliento,
que se ahoga entre sombras, Balvanera sin cielo.
Yo no podría soportar que a mi pasión de ventanal
me la tapara un arrebato de hormigón.
Me aferraría, si así fuera, a la mirada de un gorrión
para quedarme en un rincón de claridad.
A remontar en una nube de arrabal
un barrilete de overol y ser futuro al caminar.
Qué poeta sincero te dirá, Balvanera
que enamoran tus calles el Abasto, tu cielo.
Si las musas errantes buscan sueños de estaño,
deambulando sin rumbo, por las noches del barrio.
Dónde habrá algún vestigio de horizontes azules,
que rescate un recuerdo, un perfume de patio?
Quién tendrá la certeza más brutal de lo ausente
cuando sienta que ensaya un zarpazo la muerte?
Yo no podría soportar que a mi pasión de ventanal
me la tapara un arrebato de hormigón.
Me aferraría si así fuera, a la mirada de un gorrión
para quedarme en un rincón de claridad.
Quiero creer al caminar,
que hay más de un sitio por amar
que aun merece ser llamado Buenos Aires.
Si al menos queda de su cielo algún jirón,
tendré el consuelo de sentirme en mi ciudad.